Sanando el vínculo con nuestros hijos sanamos el vínculo con nuestro niño interior.

A primera vista parece que se trata de un chico o una chica muy caprichosos, pero en realidad se trata de un trastorno de conducta que provoca un deterioro clínicamente significativo en la actividad social, académica o laboral.

El Trastorno de negativismo desafiante se define por un patrón persistente de conducta negativista, hostil y desafiante. La conducta antisocial se está convirtiendo en un problema serio entre la infancia y la adolescencia. Los niños y jóvenes con conducta antisocial presentan comportamientos agresivos repetitivos, holgazanería, rupturas y choques más o menos continuados con las normas de casa y de la escuela, robos, y otros más extremos como incendios o vandalismos.

Quien lo padece a menudo se encoleriza e incurre en pataletas, discute con adultos, desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus demandas, molesta deliberadamente a otras personas, acusa a otros de sus errores o mal comportamiento, es susceptible o fácilmente molestado por otros, es colérico, resentido, rencoroso o vengativo.