Ante la pandemia de coronavirus Covid – 19 tenemos que cuidarnos y no salir de casa. No vamos a profundizar sobre una cantidad de consejos concretos que los medios de comunicación nos informan diariamente para evitar el contagio, sino que vamos a considerar el estrés que significa esta suspensión de la vida e internación de estos días.

Lo primero es tener en claro es que el estrés nos reduce las baja las defensas, así que cuanto mejor pasemos estos días mejor será para nuestro sistema inmune.

Una revisión de estudios sobre el impacto psicológico de la cuarentena y cómo reducirlo[i] nos muestra algunos elementos para tener en cuenta

  1. Tres estudios mostraron que las duraciones más largas de la cuarentena se asociaron específicamente con una peor salud mental, síntomas de estrés postraumático, conductas de evitación e ira. Aunque la duración de la cuarentena no siempre fue clara, un estudio mostró que aquellos en cuarentena por más de 10 días mostraron síntomas de estrés postraumático significativamente más altos que aquellos en cuarentena por menos de 10 días.
  2. Miedos a la infección: Los participantes en ocho estudios informaron temores sobre su propia salud o miedo a infectar a otros y tenían más probabilidades de temer infectar a los miembros de la familia que aquellos que no estaban en cuarentena. Aparecieron casos de personas particularmente preocupadas si experimentaron algún síntoma físico potencialmente relacionado con la infección y que temen que los síntomas de infección se sostuvieron durante varios meses después.
  3. Frustración y aburrimiento Con frecuencia se demostró que el confinamiento, la pérdida de la rutina habitual y el contacto social y físico reducido con los demás causaban aburrimiento, frustración y una sensación de aislamiento del resto del mundo, lo que era angustiante para los participantes. Esta frustración se exacerbó al no poder participar en las actividades cotidianas habituales, como comprar para las necesidades básicas o participar en actividades de redes sociales por teléfono o internet.
  4. Suministros inadecuados: Tener suministros básicos inadecuados (por ejemplo, alimentos, agua, ropa o alojamiento) durante la cuarentena fue una fuente de malestar y continuó asociado con la ansiedad e ira de 4-6 meses después de la liberación.17 Al no poder obtener atención médica regular y las recetas también parecían ser un problema para algunos participantes.
  5. Información inadecuada: Muchos participantes de este estudio citaron información deficiente de las autoridades de salud pública como factor de estrés en la epidemia de SARS en Toronto, Canadá. No parece ser este el caso en nuestro país, donde el problema parece pasar por la falta de responsabilidad social que han mostrado las sociedades occidentales

Otro punto es el de los etresores postcuarentena:

  1. Finanzas: Pérdidas financieras puede ser un problema durante la cuarentena, con personas incapaces de trabajar y tener que interrumpir sus actividades profesionales sin planificación avanzada; los efectos parecen ser de larga duración. Esto creó una grave angustia socioeconómica y se encontró que era un factor de riesgo para los síntomas de trastornos psicológicos (ira y ansiedad varios meses después de la cuarentena).
  2. El estigma de los demás fue un tema importante en toda la literatura, a menudo continuando durante algún tiempo después de la cuarentena, incluso después de la contención del brote.

El estudio recomienda mantener la cuarentena lo más corta posible. La cuarentena más larga se asocia con resultados psicológicos más pobres, tal vez no es de extrañar, ya que es lógico que los factores de estrés reportados por los participantes puedan tener más de un efecto durante el tiempo que se experimentaron. Se trata de restringir la duración de la cuarentena a lo científicamente razonable dada la duración conocida de los períodos de incubación, y no adoptar un enfoque excesivamente precautorio al respecto, reduciría al mínimo el efecto sobre las personas.

Reducir el aburrimiento y mejorar la comunicación: El aburrimiento y el aislamiento causarán angustia; a las personas que están en cuarentena se les debe aconsejar sobre lo que pueden hacer para evitar el aburrimiento y proporcionar consejos prácticos sobre técnicas de afrontamiento y manejo del estrés. Tener un teléfono móvil en funcionamiento es ahora una necesidad, no un lujo, y aquellos que se bajan de un largo vuelo para entrar en cuarentena probablemente darán la bienvenida a un cargador o adaptador más que cualquier otra cosa.  Activar su red social, aunque remotamente, no es sólo una prioridad clave, pero la incapacidad para hacerlo se asocia no sólo con la ansiedad inmediata, sino la angustia a largo plazo. Un estudio sugirió que tener una línea de apoyo telefónico, atendida por enfermeras psiquiátricas, creada específicamente para los que están en cuarentena podría ser eficaz en términos de proporcionarles una red social. La capacidad de comunicarse con la familia y los amigos también es esencial. En particular, las redes sociales podrían desempeñar un papel importante en la comunicación con los lejanos, permitiendo que las personas que están en cuarentena actualicen de si situación a sus seres queridos acerca de su situación y asegúreles que están bien. Por lo tanto, proporcionar a las personas en cuarentena teléfonos móviles, cables y enchufes para cargar dispositivos y redes WiFi robustas con acceso a Internet para permitirles comunicarse directamente con sus seres queridos podría reducir la sensación de aislamiento, estrés y pánico. Un estudio encontró que tener un grupo así y sentirse conectado con otros que habían pasado por la misma situación podría ser una experiencia de validación y empoderamiento y puede proporcionar a las personas el apoyo que podrían encontrar que no están recibiendo de otras personas.

Tenemos que aprender a diferenciar en esta situación entre lo posible y lo probable. Virus y bacterias hay muchos, la posibilidad de contagiarnos de todos es real. Este coronavirus es nuevo y los cuidados son necesarios. Pero poder diferenciar la posibilidad de la probabilidad de contagiarnos nos servirá para no obsesionarnos. Lavarnos frecuentemente las manos no quiere decir lastimarnos con agua demasiado caliente o productos que puedan afectar la protección dérmica. Puede ser que nos venga una ola de temor si tenemos algún síntoma, pero es bueno que nos serenemos y pensemos que un dolor de garganta es un síntoma para atender y no para entrar en pánico.

Otro tema es ocuparse de lo que está a nuestro alcance y no preocuparse por aquello que por ahora no podemos abordar. Si nos dejamos ganar por la impotencia de lo que no podemos hacer la vamos a pasar mal y no vamos a ver todas las posibilidades que la situación nos brinda.

Hagamos cuarentena útil, con la idea de que podemos salir fortalecidos de estos días:

[i] The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence
Samantha K Brooks, Rebecca K Webster, Louise E Smith, Lisa Woodland, Simon Wessely, Neil Greenberg, Gideon James Rubin. Feb 2019

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *